Expresión Oral.
La Comunicación sin palabras
Uno de los elementos principales de la identidad tiene que ver con la forma de expresase. Cuántas veces un gesto particular o una expresión determinada son característicos de una persona. Al hablar, las personas reflejan lo que es y pone en evidencia no sólo el nivel cultural, la procedencia geográfica o la situación social, sino también la forma de ser física y psicológicamente. Sin embargo, no es sólo a través de las palabras que nos manifestamos; desde el primer momento en que tomamos contacto con otra persona aunque medie palabra alguna, no estamos comunicando y relevando muestra particular forma de ser o de enfrentar el mundo. Por ejemplo, en toda la información que puede transmitir un movimiento del cuerpo, una postura, un gesto cualquiera, con la cara, con las manos o una entonación determinada.
Cuando producimos y recibimos mensajes que no vienen expresados en palabras, estamos ante lo que se conoce como comunicación no verbal. Así como empleamos signos lingüísticos, utilizamos también una serie de signos no verbales que comunican una considerable e importante información. Estos signos no verbales, que inevitables, aparecen en cualquier situación comunicativa, suelen mantener una relación de interdependencia con la interacción verbal, es decir, suele utilizarse de combinación con los signos verbales, a pesar de que también pueden emplearse en forma aislada.
Sistema de Comunicación no verbal
a) Proxémico: alude a la estructuración y el uso del espacio, en especial en lo que respecta a la distancia mantenida, consciente o inconsciente, por los hablantes en una interacción comunicativa. En este sentido, las relaciones proxémicas contribuyen a determinar el tipo de relación social y nivel de intimidad existente entre los interlocutores, al tiempo que ofrecen rastros significativos acerca de la actitud personal e intención comunicativa de los hablantes.
Distancias Interpersonales
Distancias intimas: permite la cercanía de otras personas a una distancia tan pequeña que podemos sentir el calor de sus cuerpos. Por lo general, se utilizan vacabilizaciones en forma de susurros.
Distancias personales: es la distancia que mantenemos con nuestros amigos o amigas más cercanas; podemos percibir el perfume de las personas y tocarlas si extendemos los brazos.
Distancias Sociales: es la distancia que mantenemos con un grupo de amigos o conocidos en una situación de comunicación informal.
Distancia pública: es la distancia que mantenemos con los extraños o en situaciones formales de comunicación.
b) Kinésico: se refiere a los movimientos corporales, gestos faciales, posturas, etc. que comunican o matizan el sentido de los enunciados verbales, de un modo intencionado o no. A través del lenguaje Kinésico es posible, por ejemplo, resaltar algún aspecto del mensaje discursivo, ilustrar estados de ánimo o emociones, subsanar las deficiencias verbales, contradecir el significado de los enunciados verbales, etc. Y todo con un mero movimiento de cabeza, una mirada, un gesto con los brazos o piernas, o una simple postura corporal.
c) Paralingüístico: es el sistema que nos entrega mayor información e índices idiosincrásicos, mediante los cuales es posible reconocer la voz, la edad, el sexo, es decir, los rasgos personales del hablante. En el lenguaje paraverbal entra en juego la entonación, el timbre, la intensidad, el acento, el ritmo, las pausas, los silencios, etc. Al hacer un uso adecuado de estos elementos, podemos otorgarle a la comunicación oral el carácter y significado que queramos; así, podemos crear un ambiente íntimo y de confesión personal o bien, de formalidad e impersonalidad. Al mismo tiempo, podemos dar cuenta de un modo más claro del contenido expresivo o emotivote nuestros mensajes, muchas veces podemos, a través de los rasgos no verbales podemos esclarecer el real significado de un enunciado.
Atención con los gestos
Parece evidente que, dado que en cada situación comunicativa intervienen una serie de actos no verbales, debemos tomar conciencia de las señales o signos no verbales que emitimos. La idea es que nuestras palabras no se contradigan con lo que expresa nuestro cuerpo, nuestra voz, nuestra mirada. De este modo podemos, además, hacer del encuentro con los otros una experiencia más rica e interesante. Del uso que hagamos de la riqueza expresiva, dependerá en gran medida nuestro éxito como comunicadores.
Datos para causar una buena impresión
La primera impresión es un proceso de percepción de una persona por otra que transcurre es muy poco tiempo. Habitualmente no somos del todo conscientes ni de la emisión ni de la recepción de las informaciones que la configuran. La primera impresión
se da una sola vez, nunca más se tendrá la oportunidad de cuasar esa “primera impresión”
Arte de habla bien.
a) Aspecto del orador: no se trata de que su fisonomía sea atrayente desde el punto vista estético, sino de que su actitud corporal, su postura, su modo de gesticular, de sonreír, de pararse frente a un auditorio, refleje seguridad y resulte interesante y atractivo. El buen orador, debe seducir al auditorio y, para ello, es fundamental también, la forma de expresarse: articulando bien las palabras, hablando de un modo tranquilo y natural, aunque no carente de fuerza y convicción; la idea es mostrar una actitud resuelta, con voz agradable y variada, no forzada y con respeto y manejo inteligente de las pausas y silencios.
b) Manejo del asunto o tema o tratar: se debe informarse en profundidad sobre la materia en cuestión. Un orador poco instruido en su tema, probablemente verá como se debilitan sus palabras.
Consejos prácticos para enfrentarse al auditorio
Aunque es normal que, antes de pronunciar un discurso, se presenten manifestaciones físicas desagradables como temblor de la voz, sudoraciones, fuertes palpitaciones, sequedad en la boca, sensaciones de angustia, etc., se debe tratar de controlar el miedo y la timidez. El pánico escénico, por supuesto, no se superar en un día. Ayuda en gran medida a tener pensamientos estimulantes y optimistas.
La mirada ha de ser firme y resulta, tratando de abrazar con la vista a todo el auditorio. No se debe sostener la vista fija en un solo lugar por mucho tiempo. Se tiene que mirar con sencillez, naturalidad, procurando reflejar seguridad y domino de sí mismo.
Preparar bien la disertación, en cuanto al tema a tratar y al modo en que será expuesto.
Antes de comenzar, es bueno respirar con calma y profundidad. Aunque sea por un mínimo de tiempo, se debe tratar de buscar previamente el reposo y la tranquilidad.
Por ningún motivo se puede desconocer y desdeñar el valor expresivo del cuerpo. En este sentido, hay que ser espontáneo en los gestos que, a su vez, deben ser precisos y en la justa proporción.
En cuanto a las manos, se ha de evitar guardarlas en los bolsillos o ponerlas en la cintura, pues esta última actitud suele considerada como desafiante.
La Comunicación sin palabras
Uno de los elementos principales de la identidad tiene que ver con la forma de expresase. Cuántas veces un gesto particular o una expresión determinada son característicos de una persona. Al hablar, las personas reflejan lo que es y pone en evidencia no sólo el nivel cultural, la procedencia geográfica o la situación social, sino también la forma de ser física y psicológicamente. Sin embargo, no es sólo a través de las palabras que nos manifestamos; desde el primer momento en que tomamos contacto con otra persona aunque medie palabra alguna, no estamos comunicando y relevando muestra particular forma de ser o de enfrentar el mundo. Por ejemplo, en toda la información que puede transmitir un movimiento del cuerpo, una postura, un gesto cualquiera, con la cara, con las manos o una entonación determinada.
Cuando producimos y recibimos mensajes que no vienen expresados en palabras, estamos ante lo que se conoce como comunicación no verbal. Así como empleamos signos lingüísticos, utilizamos también una serie de signos no verbales que comunican una considerable e importante información. Estos signos no verbales, que inevitables, aparecen en cualquier situación comunicativa, suelen mantener una relación de interdependencia con la interacción verbal, es decir, suele utilizarse de combinación con los signos verbales, a pesar de que también pueden emplearse en forma aislada.
Sistema de Comunicación no verbal
a) Proxémico: alude a la estructuración y el uso del espacio, en especial en lo que respecta a la distancia mantenida, consciente o inconsciente, por los hablantes en una interacción comunicativa. En este sentido, las relaciones proxémicas contribuyen a determinar el tipo de relación social y nivel de intimidad existente entre los interlocutores, al tiempo que ofrecen rastros significativos acerca de la actitud personal e intención comunicativa de los hablantes.
Distancias Interpersonales
Distancias intimas: permite la cercanía de otras personas a una distancia tan pequeña que podemos sentir el calor de sus cuerpos. Por lo general, se utilizan vacabilizaciones en forma de susurros.
Distancias personales: es la distancia que mantenemos con nuestros amigos o amigas más cercanas; podemos percibir el perfume de las personas y tocarlas si extendemos los brazos.
Distancias Sociales: es la distancia que mantenemos con un grupo de amigos o conocidos en una situación de comunicación informal.
Distancia pública: es la distancia que mantenemos con los extraños o en situaciones formales de comunicación.
b) Kinésico: se refiere a los movimientos corporales, gestos faciales, posturas, etc. que comunican o matizan el sentido de los enunciados verbales, de un modo intencionado o no. A través del lenguaje Kinésico es posible, por ejemplo, resaltar algún aspecto del mensaje discursivo, ilustrar estados de ánimo o emociones, subsanar las deficiencias verbales, contradecir el significado de los enunciados verbales, etc. Y todo con un mero movimiento de cabeza, una mirada, un gesto con los brazos o piernas, o una simple postura corporal.
c) Paralingüístico: es el sistema que nos entrega mayor información e índices idiosincrásicos, mediante los cuales es posible reconocer la voz, la edad, el sexo, es decir, los rasgos personales del hablante. En el lenguaje paraverbal entra en juego la entonación, el timbre, la intensidad, el acento, el ritmo, las pausas, los silencios, etc. Al hacer un uso adecuado de estos elementos, podemos otorgarle a la comunicación oral el carácter y significado que queramos; así, podemos crear un ambiente íntimo y de confesión personal o bien, de formalidad e impersonalidad. Al mismo tiempo, podemos dar cuenta de un modo más claro del contenido expresivo o emotivote nuestros mensajes, muchas veces podemos, a través de los rasgos no verbales podemos esclarecer el real significado de un enunciado.
Atención con los gestos
Parece evidente que, dado que en cada situación comunicativa intervienen una serie de actos no verbales, debemos tomar conciencia de las señales o signos no verbales que emitimos. La idea es que nuestras palabras no se contradigan con lo que expresa nuestro cuerpo, nuestra voz, nuestra mirada. De este modo podemos, además, hacer del encuentro con los otros una experiencia más rica e interesante. Del uso que hagamos de la riqueza expresiva, dependerá en gran medida nuestro éxito como comunicadores.
Datos para causar una buena impresión
La primera impresión es un proceso de percepción de una persona por otra que transcurre es muy poco tiempo. Habitualmente no somos del todo conscientes ni de la emisión ni de la recepción de las informaciones que la configuran. La primera impresión
se da una sola vez, nunca más se tendrá la oportunidad de cuasar esa “primera impresión”
Arte de habla bien.
a) Aspecto del orador: no se trata de que su fisonomía sea atrayente desde el punto vista estético, sino de que su actitud corporal, su postura, su modo de gesticular, de sonreír, de pararse frente a un auditorio, refleje seguridad y resulte interesante y atractivo. El buen orador, debe seducir al auditorio y, para ello, es fundamental también, la forma de expresarse: articulando bien las palabras, hablando de un modo tranquilo y natural, aunque no carente de fuerza y convicción; la idea es mostrar una actitud resuelta, con voz agradable y variada, no forzada y con respeto y manejo inteligente de las pausas y silencios.
b) Manejo del asunto o tema o tratar: se debe informarse en profundidad sobre la materia en cuestión. Un orador poco instruido en su tema, probablemente verá como se debilitan sus palabras.
Consejos prácticos para enfrentarse al auditorio
Aunque es normal que, antes de pronunciar un discurso, se presenten manifestaciones físicas desagradables como temblor de la voz, sudoraciones, fuertes palpitaciones, sequedad en la boca, sensaciones de angustia, etc., se debe tratar de controlar el miedo y la timidez. El pánico escénico, por supuesto, no se superar en un día. Ayuda en gran medida a tener pensamientos estimulantes y optimistas.
La mirada ha de ser firme y resulta, tratando de abrazar con la vista a todo el auditorio. No se debe sostener la vista fija en un solo lugar por mucho tiempo. Se tiene que mirar con sencillez, naturalidad, procurando reflejar seguridad y domino de sí mismo.
Preparar bien la disertación, en cuanto al tema a tratar y al modo en que será expuesto.
Antes de comenzar, es bueno respirar con calma y profundidad. Aunque sea por un mínimo de tiempo, se debe tratar de buscar previamente el reposo y la tranquilidad.
Por ningún motivo se puede desconocer y desdeñar el valor expresivo del cuerpo. En este sentido, hay que ser espontáneo en los gestos que, a su vez, deben ser precisos y en la justa proporción.
En cuanto a las manos, se ha de evitar guardarlas en los bolsillos o ponerlas en la cintura, pues esta última actitud suele considerada como desafiante.
Comentarios
Publicar un comentario